28 de abril de 2025
• Un total de 97 estudiantes recibieron sus títulos y grados, durante una jornada que recordó los desafíos y aprendizajes de una generación marcada por la virtualidad.
El jueves 24 de abril, en el Auditorio Andrónico Luksic y ante la presencia de autoridades académicas, profesores, administrativos y familiares de las y los graduados, la Facultad de Matemáticas de la Pontificia Universidad Católica de Chile llevó a cabo la Ceremonia de Entrega de Títulos y Grados de 2025, jornada en que se hizo entrega de los diplomas a 97 estudiantes de sus programas de pre y postgrado.
Reflexiones y discursos marcaron la jornada
El encuentro inició con una invocación del padre Federico Ponzoni, quien reflexionó sobre la dimensión científica y filosófica de la matemática: “La matemática es fascinante desde el punto de vista filosófico. Su precisión, su exactitud, el grado de certeza de sus resultados la ponen entre las reinas de las disciplinas científicas. Y, sin embargo, la matemática no está exenta de misterio. Uno de los más fascinantes, desde mi perspectiva, es el hecho de que la matemática funciona. Esto significa que si el ingeniero la aplica correctamente un puente no se cae, una nave llega a su órbita. Y es un misterio que unos símbolos permitan tanta precisión y certeza de resultados en la realidad concreta”, señaló.
Por su parte, el decano de la Facultad de Matemáticas UC, Eduardo Cerpa, felicitó a las y los graduados, destacando su rol en el futuro del país y el impacto de su formación en los desafíos del mundo actual: “Estamos seguros de estar lanzando al mundo graduadas y graduados con todas las capacidades para entender y mejorar el mundo actual, desde la investigación fundamental o aplicada, desde la docencia formando a los ciudadanos del futuro, o desde la vereda del ejercicio profesional metiéndose en las entrañas de todos esos algoritmos que dictan hoy muchos aspectos de nuestra vida como el social de las interacciones humanas, la forma de comprar, la forma de elegir, etc. Ustedes podrán entenderlos, mejorarlos y ocuparlos, comprendiendo sus desafíos, limitaciones y sesgos”, dijo.
Tras ello, el vicerrector Académico, Mario Ponce, tomó el juramento a las y los graduados, expresando su emoción por ser parte de un momento tan significativo, especialmente, al tratarse de la facultad de la que es su profesor: “Estoy emocionado múltiplemente porque es mi primera participación en una graduación como vicerrector Académico, y que sea justo aquí, en la Facultad de Matemáticas, es un orgullo. Estoy muy contento de ver caras conocidas, colegas, amigos y compañeros de trabajo felices”.
Posteriormente, se dio paso a la entrega de diplomas a 33 egresados de Estadística, 26 de Licenciatura en Matemáticas, 24 del Magíster en Estadística y 14 del Magíster en Matemática.
Además, se hizo entrega del Premio a la Excelencia Académica, que este año fue concedido a Fernando Castillo, de Licenciatura en Matemática; Sebastián Baeza, de Estadística; Felipe Franz, del Magíster en Estadística; y Andrés Morán, del Magíster en Matemáticas.
Voces estudiantiles
La jornada contó con los discursos de las representantes de los estudiantes, quienes compartieron sus experiencias y agradecimientos a la comunidad UC.
Por parte de Pregrado, las alumnas Dayanna Castro y Camila Pérez se refirieron a su inicio universitario, un recorrido atípico dada la pandemia: “Esto no solo nos exigió aprender los contenidos de nuestros cursos, sino que además nos enfrentó al desafío extra de conocernos y trabajar en equipo sin habernos visto nunca en persona. Fueron tiempos difíciles, de encierro, de incertidumbre, pero también de una extraña cercanía, donde, a pesar de la distancia comenzamos a construir amistades que sin saberlo serían parte esencial de este camino”.
En representación de Postgrado, Sofía Errázuriz hizo alusión al cuento “Cómo atrapar una estrella”, de Oliver Jeffers. En su reflexión, destacó que estudiar matemáticas no solo es resolver problemas, sino también aprender a mirar el mundo con curiosidad y asombro: “Para mí, eso ha sido la investigación, no solo ver objetos hermosos a la distancia, sino que salir a buscarlos, haciendo todo lo posible por objetivos imposibles. Estudiar matemáticas significa mirar el mundo con ojos de niño y dejarnos llevar por la curiosidad infantil que generan todas las cosas, desde el movimiento del aire al batir unas alas de mariposa, hasta el comportamiento de superficies en dimensiones superiores”, expresó.